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JAVIER BLANCO Todd Cecil es como de casa. Sólo estuvo un par de veces en Asturias, pero su naturalidad combinada con su buen gusto musical y la sensibilidad de sus composiciones lo hacen persona muy cercana, a pesar de la distancia, ya que llega desde Nashville, una de las cunas de la música profunda de Estados Unidos. Cecil está en plena gira española, con varios conciertos en Asturias que concluirán el próximo día 30 de junio en el pub El Paso, de Cudillero. La fecha inmediata es este jueves, 28 de junio, en Oviedo en la Antigua Estación. Trae nuevas canciones (aún por editar), con aire de blues que mezcla con otras del disco anterior, «Distance of the rose». «Fue una experiencia muy buena y por eso he decidido volver» a Asturias, dice Todd Cecil respecto a su gira anterior por Asturias.
Ahora regresa con «canciones nuevas, sonido nuevos, más relacionado con el blues del sur de Estados Unidos», puntualiza el cantante a LA NUEVA ESPAÑA. Hay un enganche generacional muy del momento que sale a colación, aunque tiene que ver con el sonido Nueva Orleans y la idiosincrasia blusera del Dr. John unida a «Black Keys»: «Es un buen momento para el mundo blues y las nuevas generaciones», asiente el músico de Nashville a la vez que le sorprende y le agrada que miembros tan jóvenes de «Black Keys» colaboren con el Dr John. Todd Cecil está haciendo esta gira en solitario con su guitarra y su «slide» de cuello de botella verde, a la vieja usanza. Pero hubo una sesión en Pamplona con banda española. A la pregunta de cuál es el blues por el que viaja en este nuevo disco que prepara, afirma que es «blues del Mississippi, algo que además le gusta y le agrada matizar». Y matiza aun más: «El mío es más bien del Mississippi de la zona Norte». Y ya metidos en músicas de raíces, se le insinúa si le apetecería grabar en España. No hay la más mínima duda al respecto de tal sugerencia: «Me encantaría grabar en España. De hecho, practiqué con la guitarra española». Y ahora, dice entusiasmado, hay que «buscar un estudio en España». Ciertamente, en seguida quiere probar algo por aquí y compartir músicas e instrumentos: «¡Estaría encantado!», insiste. De hecho, explica que ya en este disco de blues le hubiera venido muy bien algo que mezclara. El blues es algo muy profundo, música de raíz «y este disco es música muy profunda; sería una buena idea tener también una canción grabada con música de España», matiza Todd Cecil.
Por tanto, no tiene mucho que pensar sobre el terreno de las influencias que le han inspirado: «Un poco de blues, country, neocountry, un poco de toda la música que escuchas a tu alrededor. Siempre tiendes un poco a tus raíces y ahí están mis influencias», precisa.
Ya metido en profundidades de pensamiento, el músico analiza un tanto la función de los creadores en la actualidad y sobre si los cantantes han dejado de ser un transmisor de mensajes para convertirse en productos. Entiende el cantautor que «la pasión que ponen los músicos y el acercarse al realismo que nos rodea siempre aportan un mensaje». Y ya de paso, la charla prosigue en el análisis de la industria del disco actual. El hecho de que las nuevas tecnologías faciliten muchas cosas y abaraten precios, asunto muy positivo para el usuario, tiene también la desventaja de facturar canciones a granel. Le interesa el tema a Todd Cecil: «Se ha perdido mucho de la esencia de la música con el iPod y demás; está todo muy degradado, pero en EE UU hay un movimiento grande de volver a las raíces y la buena música. Es un poco un tira y afloja entre la industria y lo que la gente verdaderamente quiere. En EE UU la industria de la música, tal como conocíamos, está a punto de venirse abajo». Sonríe cómplice cuando se le dice que aquí ya se vino abajo hace mucho tiempo.